Hace unos meses pasé un fin de semana en Londres, una ciudad
en la que vviví durante varios años en los noventa. Resultó muy gratificante vivir esta ciudad
únicamente como turista y no como residente-turista y sobre todo dormir en uno de los numerosos hoteles de Londres.
Resulta que a pesar de haber vivido tantos años allí todavía
había un montón de sitios que no había visitado aún, como el London Eye que se inauguró sólo hace unos años y
descubrí un montón de restaurantes internacionales que van abriendo nuevos o
que sustituyen a otros. No pensé que iba a decir esto jamás, pero qué bien se
come en Londres, hay restaurantes y snacks para todos los gustos y de todas las
nacionalidades.
Sobre Londres se
han escrito miles de guías en las que se ha puesto mucha pasión por lo que sólo
me atrevo a dar un punto de vista personal sobre esta ciudad que está en
continuo movimiento. Lo que más me ha llamado siempre la atención de Londres es
la cantidad de parques bonitos que posee. Parques bien cuidados, centrales,
verdes y con flores impecables que nadie toca o arranca y sus bancos con placas
con dedicatorias. Sí, placas conmemorativas en los bancos con mensajes del
estilo “Para mi marido Jake H. que venía aquí todos los domingos a leer el
periódico y a dar de comer a las ardillas". Muy emotivos y que subrayan la
importancia que tienen estos espacios verdes para los habitantes de la urbe.
Holland Park,
Regent´s Park, Sant James Park, Green Park, Kensington Park, Richmond Park ,
Cheesick Park y el enorme Hyde Park son los parques principales de la ciudad.
Si he de quedarme con dos, eligiría Regent’s Park y Holland Park.
Me encanta Regents Park, porque por muchas veces que he ido
a visitarlo siempre me he ido con las sensación de que no lo he visto todo, de que
hay más y tengo que volver a visitarlo. Situado cerca de Baker Street y la casa
de Sherlock Holmes y el Museo de Cera Madame Tussaud’s es sencillamente
exquisito y un regalo para los sentidos.
La joya de la corona en mi opinión es Holland Park. Se trata
de un amplio parque al que se accede desde High Street Kensington o desde
Holland Park. A pesar de su central ubicación permanece escondido porque sus
entradas son discretas y nunca lo he visto masificado. Alberga pavos reales, un
jardín Japonés cuidadísimo, un terreno
de rugby, columpios para niños y una cafetería preciosa. Es romántico, íntimo e
ideal para ir con los amigos a hacer un picnic (cuando no llueve, claro).
Londres es más que una ciudad de museos, de compras y de
autobuses de dos pisos y cabinas de teléfonos rojas. Es una ciudad que respeta
sus parques y los integra perfectamente en su urbanismo. No hay papeles en el
suelo, ni suciedad ni vandalismo por parte de sus visitantes y habitantes, que
vienen de todos los rincones del mundo. Algo que en muchas otras ciudades
deberíamos aprender a hacer.
Inma:
ResponderEliminarQue emoción éste blog!!!!!!!!. Y es que tu no paras!!!!!. Londres a mi me fascinó, como ya te había comentado y por supuesto es uno de los destinos que más adelante encabezará la lista de repeticiones jejeje.
Fue una ciudad de la que me enamoré instantáneamente, a pesar de que pasé algo de frío en su primavera. Fue una ciudad que me sorprendió precisamente por su particularidad, por su gente, su etilo, su elegancia, su limpieza, su todo jajaja. En realidad me dejó bastante loca y encantada volvería una y más veces.
Un abrazo amiga, ya va quedando menos para vernos!!!!!!