miércoles, 25 de enero de 2017

Muñecas Viajeras

En los años 70, el personal que atendía a los pasajeros en los aviones estaba formado casi exclusivamente por mujeres, a las que sin ningún temor se las llamaba azafatas. Se trataba de una profesión rodeada de glamour, de misterio y de promesas de aventuras. Muchas de nosotras soñábamos con ser azafatas. De hecho, era una de las mejores profesiones a las que podía aspirar una mujer.

Viajar era un lujo, que muy pocas personas se podían permitir. A los aviones solo subía gente adinerada, vestida elegantemente para la ocasión y esperando una atención esmerada y detallista durante su vuelo, porque habían pagado, y muy bien, por ese servicio.

Las azafatas llevaban uniformes extraordinarios, que les sentaban como un guante y no se les movía ni un pelo, y su maquillaje era perfecto. Parecía una película.

Todos eran conscientes de que estas guapas mujeres, además de cuidar del bienestar de los pasajeros, también eran responsables de su seguridad.

Debía de ser un trabajo interesante, y que te permitía viajar por todo el mundo, cuando solo unos pocos se lo podían permitir. Además de contar con un reconocimiento social grande, las compañías aéreas eran lugares seguros y casi fijos donde trabajar y ganar bien la vida.

Los tiempos han cambiado, y volar ya no es tan glamuroso, de hecho vamos más apretados, el personal de cabina ha perdido algo de glamour y de ilusión y en los vuelos cortos, si quieres comer algo, has de pagar un alto precio. Pero a cambio, el viaje aéreo se ha democratizado y ya todos podemos conocer el maravilloso mundo que nos rodea.


He escrito esto inspirada por esta hermosa muñeca de tela llamada Laura, que va vestida de azafata de setentera,  que he encontrado en la web de mi amiga Roser, que las fabrica. Y que me ha servido de musa para el post.

1 comentario :

  1. Me has recordado la serie PanAm. ¿La viste? Está basada en los 50 pero retrata muy bien lo que dices. Yo también pensé eso de ser azafata... Besotes!!!

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