Me gusta comer y me gusta viajar y por ello me encanta descubrir el mundo y las tradiciones culinarias de otros lugares y países. Para mí es todo un lujo y un gran placer. Viajando y coincidiendo con otros turistas de diversas nacionalidades he observado como mucha gente desgraciadamente no llega a gozar de un viaje plenamente porque tienen que cambiar sus hábitos gastronómicos.
Es triste oír comentarios como “estoy deseando llegar a casa para comer la tortilla de mi madre / la pizza de mi abuela”, “estoy harto, hasta los cruasanes me saben a curry”, “qué asco”, “los mejillones en mi país son tres veces más grandes que estos…” y un largo etcétera.
Por eso desde aquí hago una llamada a todos los turistas y todos los viajeros para que el descubrimiento de la gastronomía de otro lugar ocupe un lugar importante en su viaje. ¿Por qué?
- Porque a todos, en cualquier lugar del mundo nos gusta que nos digan que les ha gustado lo que hemos cocinado, ya sea el dueño de una trattoria italiana o el dueño de un puesto de rollitos de primavera en Pekín
- Porque es alrededor de una mesa donde la gente más se acerca y se comprende
- Porque te puedes llevar una receta a tu casa o adaptar algún truquillo a tu cocina (y probar la cocina-fusión)
- Porque disfrutarás del viaje en cada momento
- Porque disfrutarás nuevas sensaciones
¿Te animas?
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